domingo, 22 de junio de 2008

AB: cada instante.

Era uno de esos días, en que está a punto de nevar… Y el aire está cargado de electricidad. Casi puedes oírla, ¿verdad? Y esa bolsa estaba… bailando… conmigo. Como un niño pidiéndome jugar. Durante quince minutos.

Es el día en que descubrí que… existe vida bajo las cosas. Y una fuerza increíblemente benévola que me hacía comprender que no hay razón para tener miedo… Jamás.

El vídeo es una triste excusa, lo sé… Pero me ayuda a recordarlo. Necesito recordarlo.

A veces hay tanta belleza… en el mundo… que siento que no lo aguanto. Y que mi corazón explotara.



1 comentario:

Gabriel dijo...

Alguna vez también imaginé que una bolsa volando alto, podía ser algo más que un objeto en el aire producto del impulso del viento.

Me recuerda a la escena del inicio y del cierre de la película "Forrest Gump"; en que aparece una pluma volando cada vez más alto.

A mi juicio, analogía o no, la intención siempre fue la misma: Reflejar la vida de un inocente personaje, por intermedio de una -también- inocente pluma.


Saludos Julio